Las dificultades sexuales se producen en un alto porcentaje de la población, aunque normalmente se tiende a ocultar debido a motivos culturales y a la deseabilidad social. Esto provoca malestar y sufrimiento en la persona. La mayor parte de las dificultades sexuales tienen causa psicogénica, muchas veces originada por problemas psicológicos personales o dificultades en la relación de pareja.
Acudir a un profesional experto en terapia sexual es lo más acertado, puesto que está formado específicamente para tratar dificultades sexuales. Las más comunes son las que tienen que ver con el deseo (inhibición o ausencia), la excitación (dificultades de erección), la dificultad del coito vaginal (vaginismo, dispareunia…), el orgasmo (eyaculación precoz o retardada, anorgasmia…), la insatisfacción, la compulsividad y exclusividad (adicción al sexo, parafilias…), la identidad y orientación (homofobia interiorizada), ITS y VIH.
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