Aunque las personas acuden a consulta por diversos motivos, los problemas más frecuentes suelen ser los relacionados con el estado de ánimo y la ansiedad. Durante la terapia trabajaremos todo aquello que afecta a algún área de nuestra vida y nos genera un intenso malestar emocional.
La finalidad de la terapia individual es ayudarte a comprender cómo la forma en que te comportas o te planteas las cosas puede llevarte a actuar de una forma poco saludable o desadaptativa, a sentirte mal y a generar pensamientos negativos. En muchas ocasiones podemos incluso no ser conscientes de ello, pero tomaremos consciencia en el proceso terapéutico.
Este proceso implica una primera fase de evaluación, en la que se identifica el problema; una fase de tratamiento en la que se van a concretar los objetivos de la terapia y vamos a poner en marcha las herramientas que nos ayuden a afrontar el problema; y, por último, se realizará un seguimiento a través del cual podremos ayudar a mantener en el tiempo los logros conseguidos.
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